sábado, 27 de octubre de 2012

MIGUEL GRAU






 "EL CABALLERO DE LOS MARES"
   MIGUEL GRAU SEMINARIO


Miguel María Grau Seminario (Paita, Perú, 27 de julio de 1834 - † Punta Angamos, Bolivia, 8 de octubre de 1879) fue un marino peruano, almirante de la Marina de Guerra del Perú y destacado patriota peruano, máximo orgullo de la República del Perú. Se le conoce también como El Caballero de los mares.
Fue hijo del teniente coronel grancolombiano Juan Manuel Grau y Berrío, natural de Cartagena de Indias, que llegó al Perú formando parte del ejército del Libertador Bolívar, y de María Luisa Seminario y del Castillo, piurana de nacimiento.
Desde muy joven trabajó en la marina mercante y en 1853 ingresó a la Marina de Guerra. Cuatro año después participó en la rebelión de Manuel Ignacio de Vivanco contra la Constitución Liberal de Ramón Castilla. Al ser derrotado Miguel Grau volvió a trabajar en la marina mercante. A la Marina de Guerra regresó en 1863. Durante la Guerra contra España participó en el combate de Abtao (7-2-1866) donde los aliados peruano-chilenos resultaron vencedores. En 1867 contrajo matrimonio con la joven limeña Dolores Cavero con quien tuvo diez hijos dos de los cuales fallecieron cuando solo eran niños. En 1868, recibió el mando del buque Huáscar con el cual destacó defendiendo al presidente electo Manuel ardo en 1872 y derrotando al rebelde Nicolás de Piérola en 1874. En 1876 Antes de entrar a la guerra del Pacífico, logró una curul en el parlamento peruano como representante de Paita - Piura.
Al estallar la Guerra con Chile, en 1879, se convirtió en el máximo jefe de la escuadra peruana. El 21 de mayo de 1879, en el combate de Iquique, con su monitor Huáscar, que no era el mejor barco de la escuadra peruana, pero tras la pérdida de otras naves tuvo que asumir el liderazgo de la campaña marítima, que duró seis meses. La corbeta chilena Esmeralda fue hundida y su tripulación rescatada por Grau, quien decidió no ejecutarlos. Este hecho motivó a que sea conocido a través de la historia como el caballero de los mares’. Otro hecho por el cual Grau es conocido es la carta que envió a la viuda de Arturo Prat, capitán del Esmeralda muerto de un balazo en el cráneo en un intento fallido de abordar el Huáscar. Junto con la misiva, que la viuda agradeció, envió las pertenencias del marino, considerado también héroe en su patria.Lamentablemente, ese mismo día nuestro blindado Independencia chocó y se hundió cuando perseguía a la Covadonga. Al mando del Huáscar Miguel Grau logró mantener a raya a la poderosa escuadra chilena que durante cinco meses hizo vanos esfuerzos por hundirla o capturarla. Pero el 8 de octubre de 1879 se produjo el Combate de Angamos La muerte le llegó a Grau un ocho de octubre de 1879, en el combate de Angamos, donde las fuerzas peruanas fueron derrotadas, donde una poderosa flota enemiga rodeó al Huáscar que resistió lo más que pudo, un cañonazo del buque chileno Cochrane acabó con la vida del gran Caballero de los Mares. Miguel Grau Seminario, por sus virtudes personales y sus grandes servicios a la Patria, hoy es considerado "El Peruano del Milenio".
Es considerado héroe máximo de la Marina de Guerra del Perú y de la nación peruana.









Combate naval de Iquique


El 17 de mayo la flota peruana puso rumbo a Arica, donde desembarcó el Presidente Prado para dirigir la guerra desde ese puerto peruano. Casi de inmediato fueron despachados a Iquique el monitor Huáscar y la fragata Independencia, con instrucciones de levantar el bloqueo de ese puerto, sostenido en ese momento por la corbeta chilena Esmeralda, la cañonera Covadonga y el transporte Lamar

El 21 de mayo de 1879 el monitor Huáscar al mando del capitán de navío Miguel Grau , y la Independencia al mando del capitán de navío Juan Guillermo More Ruiz, ingresaron a la bahía de Iquique y se enfrentaron a los ya mencionados buques de madera chilenos comandados, respectivamente, por Arturo Prat Chacón (Esmeralda) y por Carlos Condell de la Haza (Covadonga). El transporte Lamarizó bandera estadounidense y puso rumbo al sur, siendo seguido por la cañonera Covadonga que fue perseguida por laIndependencia. Mientras tanto, el Huáscar en Iquique cañoneaba a la Esmeralda, buque que maniobró para colocarse delante de la población, ante la imposibilidad de doblegar al enemigo, y ya que el combate se extendía con gran número de bajas chilenas, el comandante Grau decidió utilizar el espolón 3 veces. En el segundo ataque al espolón, el comandante chileno Arturo Prat realiza un abordaje frustrado, principalmente, por las algarabía del momento y por las importantes bajas en su tripulación, la Esmeralda tenía varios daños antes del combate. Prat murió en el intento, pues jamás llegó a ver a Grau.
Finalmente logra Grau hundir a la nave chilena, cuyos sobrevivientes, fueron rescatados por los marinos peruanos. En este combate murió el teniente primeroJorge Velarde, primer héroe naval peruano de la contienda.
Mientras tanto, la Independencia conducidad por Moore había encallado en Punta Gruesa, al sur de Iquique en el afán de espolonear al buque chileno y tan pronto se percató de esto, el comandante Condell de la Covadonga, volvió sobre sus aguas y ordenó disparar sobre la fragata varada dado que aún mantenía su bandera al tope, indicación que seguía en combate, Condell le disparo seis tiros contra la cubierta poniendo su nave en el angulo muerto de los cañones peruanos al escorarse la "Independencia". Cuando la Covadonga vio acercarse al Huáscar y huyó del lugar, mientras el Huáscar procedía a recoger a los sobrevivientes e incendiar los restos.

Posteriormente Grau, en un gesto de caballerosidad, escribió a Carmela Carvajal, viuda del héroe naval chileno Arturo Prat Chacón, comandante de la Esmeralda, muerto en la cubierta del Huáscar, una carta en la que elogiaba la actuación de su esposo y le enviaba algunas de sus prendas personales, entre ellas su espada. A su vez, en la respuesta a esta carta, la viuda de Prat, agradece tal gesto, asegurando que dada la hidalguía mostrada por Grau al asociarse a su dolor, ella comprende que la muerte de su esposo fue consecuencia de la guerra y que de haber estado en manos del capitán del Huascar, jamás habría tenido lugar.


Combate naval de Angamos

La incapacidad de los mandos navales chilenos frente a las continuas incursiones del Huáscar fueron motivo de protestas populares, interpelaciones en el congreso y la censura del gabinete ministerial. Todo ello se agudizó con la captura del transporte Rímac, luego de lo cual se produjeron renuncias de ministros y se efectuaron inevitables cambios en las jefaturas del ejército y la escuadra. Los conductores de la guerra, ante la imposibilidad de iniciar la campaña terrestre para invadir el sur peruano, determinaron que el hundimiento del Huáscar era prioritario e indispensable para llevar a cabo sus planes.
Una de las primeras medidas fue el relevo del contralmirante Juan Williams Rebolledo en el mando de la Escuadra chilena por el capitán de navío Galvarino Riveros, quien dispuso que sus buques fueran sometidos a reparaciones de calderas y carena para limpiar sus fondos y prepararse a dar caza al Huáscar. Para dicho propósito, elaboraron un plan para capturarlo, organizando a su escuadra en dos divisiones, la primera, integrada por el Almirante Blanco Encalada, la Covadonga y el Matías Cousiño, y la segunda, compuesta por el Almirante Cochrane, el Loa y la O'Higgins. La idea era tenderle un cerco al Huáscar, en el área comprendida entre Arica y Antofagasta.
Continuando los acontecimientos, Grau recibió órdenes de zarpar con la Unión y el Rímac rumbo al sur, con la finalidad de hostigar los puertos chilenos entre Tocopilla y Coquimbo, en tanto que las dos divisiones chilenas habían partido hacia el norte en búsqueda del Huáscar llegando a Arica en la mañana del 5 de octubre, no hallando allí a su objetivo.
El Huáscar, mientras tanto, luego de dejar al Rímac en Iquique, arribó en compañía de la Unión a la caleta de Sarco. Ahí capturaron a la goleta Coquimbo, para posteriormente llegar al puerto del mismo nombre y proseguir hacia el sur, hasta la caleta de Tongoy, localidad cercana al importante puerto de Valparaíso. Cumplido el objetivo de esta expedición, Grau y sus naves iniciaron su retorno a aguas peruanas.
Mientras los barcos peruanos navegaban hacia el norte de regreso, ignoraban los movimientos de los buques chilenos. Las dos divisiones enemigas avanzaban desde diferentes direcciones, en posición abierta, dispuestas a cercar a su objetivo.
Al amanecer del 8 de octubre de 1879, el Huáscar fue avistado por la primera división chilena, lo que obligó a Grau a virar hacia el suroeste para luego volver al norte, a la máxima velocidad posible tratando de dejar atrás a sus enemigos. Poco después, el Huáscar y la Unión se encontraron con la segunda división chilena frente a Punta Angamos. Al percatarse de que el Huáscar no podría evadir el combate por su escaso andar, la Unión, de mayor andar, a expresa orden del almirante, se abrió paso hacia el norte.
Luego, a las 9:40 horas, siendo inevitable el encuentro, el monitor peruano afianzó su pabellón de combate disparando los cañones de la torre sobre el Almirante Cochrane a mil metros de distancia. Los artilleros del monitor eran británicos, y su puntería no era del todo efectiva. La Covadonga y el Almirante Blanco Encalada en esos momentos se hallaban a una distancia de seis millas con dirección al Huáscar, mientras que la O'Higgins y el Loa se dirigían a cortar el paso a la Unión. El Almirante Cochrane no contestó inicialmente los disparos, sino que acortó distancias gracias a su mayor velocidad, estando a 500 metros, una andanada del Monitor golpeó la banda del acorazado chileno haciéndolo bandearse por unos instantes, pero sin mayor daño y cuando estuvo a 200 m por babor del Huáscar, hizo sus primeros disparos, perforando el blindaje del casco y dañando el sistema de gobierno.
Grau en su torre, presintiendo lo inevitable y agachándose hacia la rejilla del piso, se despidió de Diego Ferré en un fraternal saludo de manos. Mientras tanto, las alzas de los cañones chilenos apuntaban hacia las partes vitales del monitor. Diez minutos después un proyectil proveniente también del Almirante Cochrane impactó en la torre de mando y al estallar hizo volar al contralmirante Miguel Grau y dejó moribundo a su acompañante teniente primero Diego Ferré. Entonces tomó el mando del buque el capitán de corbeta Elías Aguirre, quien continuó el combate con las naves chilenas, hasta que también cayó muerto por un disparo del contendor. Uno tras otro, los oficiales peruanos se fueron sucediendo a cargo de la nave, que recibía una y otra vez los impactos de la artillería chilena, hasta que habiendo recaído el mando en el teniente primero Pedro Gárezon Thomas de solo 28 años de edad, este oficial, viendo que ya no era posible continuar la lucha por las condiciones en las que se hallaba el buque, con sus cañones inutilizados, roto su timón, y con parte de su tripulacion muerta o herida, dio la orden de abrir las válvulas de fondo para inundar al monitor antes de entregarla rendida, orden que fue cumplida por el alférez de fragata Ricardo Herrera de la Lama y de esta forma impedir la captura de la nave peruana.
A las 10:55 el Almirante Cochrane y el Almirante Blanco Encalada suspendieron el cañoneo y al ver que el Huáscar pronto se iría a pique, enviaron una dotación armada en lanchas para tomarlo. Cuando los marinos chilenos ingresaron a bordo, el Huáscar ya tenía 1,20 m de agua y estaba a punto de hundirse por la popa. Revólver en mano, los oficiales chilenos ordenaron a los maquinistas cerrar las válvulas y posteriormente obligaron a los prisioneros a apagar los fuegos que consumían diversos sectores de la nave. La nave, ya incapacitada para la defensa, habia sufrido el abordaje del enemigo. La lucha había concluido y el Huáscar capturado.
















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